La inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad de comprender, gestionar y utilizar nuestras propias emociones.

La inteligencia emocional es un concepto innovador que está marcando un camino nuevo dentro de la psicología. Se considera intrínseca en el ser humano, en sus comportamientos y en su actividad mental.

Siempre se ha pensado que el éxito en la vida de una persona estaba unido a un coeficiente intelectual (IQ) alto. Esto le otorgaría unos buenos aprendizajes y la capacidad para desenvolverse en el ámbito profesional de forma adecuada. Esta afirmación no es incorrecta, pero en la actualidad (gracias a unos estudios que se hicieron hace aproximadamente una década), se deja entrever que, para tener éxito en la vida, a parte del coeficiente intelectual, son necesarias otras cualidades que van más allá del uso de la lógica y la racionalidad. Estas capacidades no son evaluables mediante ningún test de inteligencia.

Es por esto que algunas teorías sobre estas otras cualidades empezaron a ganar terreno: la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, la Teoría de Raymond Cattell o la Inteligencia Emocional que popularizó Daniel Goleman.

Importancia de las emociones en el día a día

Si hiciéramos una pausa siempre al finalizar el día, nos daríamos cuenta de que gran parte de las decisiones que tomamos están cargadas de sentimientos y emociones. Éstas nos mueven en una dirección u otra. Forman parte de la naturaleza del ser humano y no podemos dejarlas fuera de ninguna de nuestras decisiones. Y es bueno que así sea, ya que nos ayudan a saber qué nos hace sentir bien y qué no.

Las emociones son necesarias para valorar las opciones que más nos acercarán a nuestro bienestar.

Preguntas tan sencillas como: ¿por qué estoy triste después de haber pasado el día con mi pareja?, ¿elegí a mi pareja porque era la mejor opción en ese momento o porque me hace feliz?, ¿elegí a mis amigos por lo que me aportan económicamente o porque me suman en la vida?, ¿Compré mi coche porque era el más rentable del mercado? Son pequeños ejemplos de decisiones que nuestras emociones nos pueden ayudar a responder.

Es importante resaltar que existen personas que tienen un mayor dominio de la inteligencia emocional y cabe mencionar la baja correlación entre la inteligencia clásica y la inteligencia emocional ya que no siempre van de la mano.

Elementos de la inteligencia emocional

Para hablar de los elementos de la inteligencia emocional nos hemos basado en los elementos aportados por el psicólogo y especialista en psicología emocional Daniel Goleman:

  • Autoconocimiento: Conocer nuestros propios sentimientos y como nos afectan. Saber cuales son nuestros puntos fuertes y cuales nuestras debilidades. Esto nos va a permitir tomar buenas decisiones.
  • Autocontrol: Nos permite reflexionar y dominar las situaciones sin precipitarnos. Consiste en saber detectar nuestras dinámicas emocionales, saber cuáles de ellas son efímeras y cuáles son duraderas. Nos hace conscientes de qué aspectos de una emoción podemos aprovechar para nosotros mismos y para nuestras relaciones con el entorno.
  • Automotivación: Nos ayuda en la fijación de objetivos. Esto nos va a permitir aumentar nuestra motivación según los vayamos alcanzando. Un factor imprescindible es tener un grado de optimismo e iniciativa, ser proactivos.
  • Empatía: Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los demás nos envían de forma inconsciente (a menudo de forma no verbal). Nos ayuda a establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas que nos relacionamos.
  • Habilidades sociales: Una buena relación con los demás es una fuente fundamental para tener felicidad personal, no solo para tratar con aquellas personas que nos suman y nos hacen felices, sino también para saber tratar con personas que no son de nuestro agrado y aprender a gestionarlas.

¿Existen evidencias empíricas?

Tipos de evidencias. La primera se encuentra en ciertas partes del encéfalo que intervienen en la aparición de la inteligencia emocional y no en otro tipo de procesos mentales. La segunda, al observar que en los test estandarizados para su medición se ha visto que la inteligencia emocional cuenta con su propia estructura factorial, de modo que se correlaciona con las puntuaciones generales de CI aunque estadísticamente no se comporten igual.

El constructo psicológico de la Inteligencia Emocional se basa tanto en la observación del funcionamiento del cerebro como en información obtenida mediante la psicometría.

En esta entrada te ayudamos a normalizar la asistencia a sesiones: ¿por qué nos cuesta tanto ir al psicólogo?

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