¿Qué es la terapia?

Hay una frase que en Psicoline nos gusta especialmente: ‘A terapia no van los locos, sino aquellos que tienen la madurez de hacerse cargo de sus emociones’.

Al empezar un proceso de terapia hay muchas dudas, ¿será demasiado para mi? ¿realmente lo necesito? ¿qué pensarán de mi? ¿cuánto tiempo durará? ¿conectaré con mi terapeuta?

Si alguna vez te has descubierto a ti mism@ con este tipo de preguntas, tal vez te interese este post, así que te invitamos a seguir leyendo.

A pesar de saber y tener todas esta teoría en la cabeza, hay personas para quien esto se vuelve complicado. Cuando empezamos a sentir que no se trata únicamente de timidez o vergüenza, podemos encontrarnos en el polo extremo de la ansiedad. Si quieres saber más de ello, sigue leyendo.

¿Cuándo es un buen momento para empezar a terapia?

Siempre. A veces pensamos que estar al límite es la forma de saber que tenemos que empezar un proceso de terapia y se nos acaba olvidando que en el peor momento, es cuando más complicado se nos hace reaccionar. Te vamos a poner un ejemplo:

Imagínate que decides subir una montaña sin beber agua en todo el trayecto porque piensas que se te va a acabar y prefieres guardarla para la bajada. Resulta que justo cuando llegas a la cima y puedes descansar, te deshidratatas (porque no sabías que podía ocurrir) y tu cuerpo necesita ayuda. ¿Qué hubiera ocurrido si desde el minuto 1 te avisan de que es importante beber porque sino tu cuerpo puede reaccionar mal?. Te plantearías gestionar bien el agua pero permitiéndote beber de vez en cuando ¿verdad?

Lo mismo ocurre con la terapia. A veces tenemos la creencia de ‘Ya iré si viene un problema de verdad porque antes no lo necesito’. Sin embargo, aprender a tener herramientas en momentos en los que nos sentimos más tranquilos, es la mejor manera de poder hacerlas nuestras para utilizarlas en situaciones complejas y no sentirnos tan desbordados.

¿Cómo funciona un proceso de terapia y cuánto tiempo dura?

Lo primero que queremos aclarar aquí es que en psicología existen diferentes escuelas desde las que entender a las personas y cada psicólog@ puede tener una formación. A pesar de ello, tod@s comparten un orden similar en algunas cosas:

Toma de contacto

Es el momento de establecer un primer contacto con quien será tu terapeuta y podrás ser consciente de la sensación que puede transmitirte.

Fase de evaluación

Dependiendo de cada escuela, esta evaluación tiene una duración, pero son sesiones en las que tratamos de entender y dar sentido al problema con el fin de poco a poco poder, ayudarte a darle sentido. Hay psicólogos que deciden hacer una devolución poniéndola en común con su paciente para aclarar algunos puntos de lo hablado hasta ese momento. En esta parte, pueden definir también la línea de tratamiento que se seguirá y los objetivos comunes que podréis trabajar.

Fase de tratamiento

Una vez que habéis aclarado los objetivos y que sabéis los diferentes caminos que queréis recorrer (aunque en el proceso aparezcan más), es el momento de empezar a poner en marcha estrategias y propuestas que te ayuden a conocerte y dar solución al problema.

Seguimiento

Llegado este punto de la terapia, tu terapeuta posiblemente te proponga espaciar las sesiones con el fin de ver cómo te sientes y cómo eres capaz de asentar todo lo trabajado.

Cierre

Cuando tu psicólog@ vea que te sientes preparado o tú mismo lo decidas (siempre recomendamos que con la opinión de tu profesional), la terapia llegará a su fin. Es importante saber que puede ser una decisión complicada, y sobre todo aclarar, que si en algún momento sientes que lo necesitas, podrás volver a pedir ayuda.

¿Cómo puede ayudarme un/a psicólog@ a mejorar mis problemas?

Esta pregunta puede aparecer, y es totalmente normal. Podrás pensar: ‘Si yo sabiendo todo lo que me pasa por la cabeza y habiéndole dado muchas vueltas sigo sintiéndome igual, ¿cómo va a poder ayudarme alguien que no está dentro de mi?’. Y no es una pregunta desacertada, solo que nos gustaría añadir algunas cosas.

Un/a psicólg@ es un profesional que cuenta con muchas herramientas para poner solución a los problemas de nuestro día a día. Es una persona objetiva en nuestra vida, y es precisamente esa objetividad que le da ver tu historia desde fuera, la que le permite aportar una visión diferente al problema tratando de ayudarte a encontrar las herramientas que más se adapten a ti. Es un profesional que no juzga, que acompaña y que trata de entender las dificultades que se pueden dar en el proceso de mejora. Te ayudará a entender el por qué de lo que sucede, y a conocer y dar sentido a partes de ti que a veces pueden generarte dudas. Es un trabajo conjunto que requiere de implicación.

Lo que no nos cuentan de la terapia

La terapia implica responsabilidad, esfuerzo y sinceridad. El cambio no viene solo. A veces por nuestra historia de vida, abrirnos a una persona puede ser complicado, e incluso en ello el profesional te acompañará. Sin embargo, y teniendo en cuenta los pasos difíciles del proceso, la mejora pasa por implicarse en los pequeños cambios y propuestas que se van planteando. Analizando lo complicado de cada uno de esos pasos, pero implicándonos en la mejora.

Es importante saber que tu terapeuta no está ahí para juzgarte y que la sinceridad es el primer paso para poder dar sentido a lo que nos ocurre de forma real. No siempre llegamos a comprender nuestra historia desde el principio, a veces tenemos que encontrar muchas piezas antes de encontrar el significado que mejor encaje, pero esa sinceridad, es la primera parte para ello. Tu psicólog@ está ahí para ayudarte, y el proceso será más fácil desde ahí.

Mensajes de nuestro entorno. A veces no entienden el por qué de empezar la terapia. A día de hoy podemos sentir que todavía es un estigma en nuestra sociedad y eso hace que sea complicado compartirlo con los demás. Te proponemos acercarte a las personas de tu entorno que sientas que pueden apoyarte y acompañarte sin cuestionar tu decisión. Ya llegará el momento de poder trabajarlo y transmitirlo a los demás.

Dudas respecto al terapeuta, a si hay avance o a otras muchas cosas. Son totalmente normales y nuestra recomendación es poder comunicarlo a tu psicólog@. A veces nos cuesta ver los pasos que vamos dando. Tu terapeuta entenderá estas dudas y posiblemente sea una muy buena oportunidad para intercambiar opiniones respecto al proceso y plantear nuevas formas de trabajar.

En esta antigua entrada te ayudamos a normalizar la asistencia a sesiones, la cual complementará bien lo que te contamos en este post: ¿por qué nos cuesta tanto ir al psicólogo?

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